Topografía médica de la isla de Cuba / por el Dr. D. Ramon Piña y Peñuela.

  • Piña y Peñuela, Ramón.
Date:
1855
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Credit: Topografía médica de la isla de Cuba / por el Dr. D. Ramon Piña y Peñuela. Source: Wellcome Collection.

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    -IOS- ENFERMEDADES DE LOS NIÑOS. p Las impresiones que se reciben en la infancia, subsisten casi Bin variación durante la vida, y las inclinaciones, modo de pen- sar, y sentimientos que manifestamos en el curso de nuestra ec- sistencia, suelen Per una consecuencia natural y precisa de ellas. A estas impresiones debemos por lo recular nuestros vicios ó vir- tudes, nuestro carácter, genio, comportamiento, ideas, preocupa- ciones, religiosidad, heroísmo y el buen estado de salud perfec- ta o mas ó menos enfermiza. í)el cuidado y dirección que se le da al hombre en los primeros años de su vida, depende casi siem- pre su destino futuro, de donde se sigue forzosamente lo mucho que importa establecer y seguir sobre buenos principios su pri- mera educación, fundamento y base de su bien estar y de su fe- licidad o desgracias venideras. Esta educación principia desde el mismo dia de nuestro naci- miento, y debe continuar hasta el tiempo en que llegamos á la edad de la madurez. Su obgeto ha de ser llevar por buen cami- no el alma y el cuerpo, dependientes el uno de la otra, en tanto grado, que la moral y la higiene vienen á ser dos cosas insepa- rables, íormando un todo estrechamente unido, que lia de presi- dir siempre á los preceptos y demás medios que han de ponerse en practica para conseguir que una educación benéñ'ca y salu- dable dirija el tierno ser que tenemos que cuidar. Desgraciadamente este es un punto sumamente abandonado en Ja isla de Cuba por el escesivo cariño de los padres; cariño mal entendido que redunda siempre en perjuicio de la robustez, bue- na salud e inclinaciones y carácter de sus hijos. Desde el rao- mentó que el niño empieza á respirar, se entrega al cuidado de una nodriza negra libre ó esclava, regularmente nacida en África cuya constitución, naturaleza, costumbres y carácter difieren en tanto grado de los nuestros y cuya abyección y dependencia la ocuUarCOntmUamente ^ TO eStad° de ¿isSusto »to£w difícil de Por temor de que el niño llore y enferme se le da cuanto gus- to quiere, aunque sea en las cosas mas estravagantes y capricho- sas. Estos seres tan pequeños é inocentes no dejan de conocer muy pron o el estado de dependencia en que vive la que les su- ministra el primer alimento, y abusan continuamente de la pre- ponderancia que sobre ella tienen, con tanto mas motivo, cuan- to que sus padres parientes y amigos se lo recuerdan á cada momento, dando lugar á que se conviertan en unos tiranuelos que empiezan suplicando y acaban mandando despóticamente atormentando de todos los modos imaginables á si noddzas y